jueves, 10 de julio de 2008

Actitud

Los que somos adictos al Scrabble sabemos que es muchísimo más que un simple juego de mesa. Lo que nunca debemos olvidar durante la competencia es que, con todas las estrategias y conocimientos que requiere, aún sigue siendo un juego y que como tal, debe ser divertido y propiciar momentos agradables con nuestros compañeros. Muchas veces olvidamos esto al comenzar a competir seriamente y perdemos en el camino todo aquello que nos gustaba del juego en el afán por subir de escalafón y ganar más y más partidas, hasta olvidar por qué habíamos comenzado a jugar Scrabble en un primer lugar. Seguro que no era para obsesionarse con la competencia y amargarse con los resultados adversos. Por eso, voy a citar una frase de Jim Rodgers, recopilada por Johnny Urdaneta para el blog EscribeScrabble, y que me parece acertadísima: “Nunca permitas que la presión de la competencia sea mayor que el placer de jugar”.

Sin duda, el pensamiento estratégico y un amplio conocimiento del lenguaje son requisitos fundamentales para llegar a ser un experto en Scrabble competitivo. Aún así, existe otro aspecto que juega un papel muy importante y que puede inclinar significativamente la balanza de victorias y derrotas de cualquier jugador: la Actitud. Si bien no es fácil de demostrar, estoy convencido de que una enorme cantidad de partidas de Scrabble se ganan y se pierden por una cuestión de actitud, ya sea positiva o negativa.

Con Actitud, me refiero a la serie de estados mentales y emocionales que atraviesa un jugador de Scrabble antes, durante y después de cada partida, así como su comportamiento frente al rival. Mientras más estables y positivos somos a la hora de jugar nuestras partidas, mayor concentración y lucidez tendremos a la hora de tomar las decisiones, además de disfrutar muchísimo más del juego. Por el contrario, una actitud negativa o pesimista puede llevar a perder demasiadas veces, al enojo, a la frustración, a la inseguridad y a la impaciencia, cosas que jamás esperaríamos de la sana competencia en un juego destinado a compartir momentos agradables y relajados con otros jugadores. Es imposible generalizar, pero es posible que quienes sufran de actitudes negativas más frecuentemente sean los jugadores con menos experiencia que, además, resultan usualmente los más perjudicados.

A continuación, algunas de las actitudes que nos conviene evitar a la hora de jugar Scrabble:

Quejarse de la mala suerte
Cada vez que metemos la mano en la bolsa para completar nuestro atril, la suerte puede favorecernos o no. Evitar el ataque de caspa y el bloqueo ante un atril como AAAEIIQ y pensar en la manera más inteligente de revertir esa condición desfavorable, administrando sabiamente nuestro atril y cambiando inteligentemente nuestras letras, nos favorecerá mucho en los próximos turnos. Enojarnos y querer tirar la partida por la borda ciertamente no nos ayudará a cambiar las cosas. En la mayoría de los casos podemos trabajar sobre la suerte para ponerla a nuestro favor, aunque en algunos casos puede llegar a esquivarnos durante toda la partida. En esas situaciones, lo más recomendable es jugar de la mejor manera posible aceptando lo que nos venga en suerte, manteniendo las esperanzas hasta el final. Si aún así perdemos, siempre nos queda la revancha para volver a probar suerte.

Altibajos
Muchas veces, durante una partida experimentaremos altibajos emocionales, según vayamos ganando o perdiendo, con buena o mala suerte, habiendo tomado buenas decisiones o hecho jugadas terriblemente malas. Los altibajos no son buenos desde ningún punto de vista, ya que nublan nuestro juicio y dificultan la concentración. Quizás luego de haber hecho un par de jugadas brillantes, nos confiemos para el resto de la partida, dejando de esforzarnos lo suficiente como para mantener el resultado, que puede llegar a invertirse en los últimos turnos. Por otro lado, un estado anímico depresivo y derrotista, nos llevará a enceguecernos hasta el punto de no reconocer ni siquiera las jugadas más beneficiosas y evidentes, jugando cualquier cosa y protestando el resto de la partida. Lo mejor es, sin duda, mantenerse con el ánimo estable e imperturbable durante toda la partida.

Impaciencia
Pretender lograr en pocos meses lo que los expertos han logrado en años o querer mejorar a pasos agigantados, resulta ser, en la mayoría de los casos, una visión bastante poco realista. Lo único que necesitamos para mejorar en Scrabble es práctica, estudio y, sobre todo, paciencia. Así, la mejora será continua y sostenida aunque inevitablemente más lenta de lo que nos gustaría a la mayoría. Deberemos invertir mucho tiempo perfeccionándonos, y al mismo tiempo tener mucha paciencia con nosotros mismos, evitando caer en la frustración y el posterior desinterés. Lo importante es disfrutar del viaje que, tarde o temprano, nos llevará cada día más cerca de nuestra meta, la cual, por supuesto, es móvil. Siempre se puede ir un poco más allá. Pensar sólo en el objetivo final y sufrir en el trayecto como si de un suplicio se tratase podría hacernos perder el entusiasmo por el juego. Recordemos: ¡Se supone que debe ser divertido! Aquí voy a citar un proverbio alemán, que, a su vez, me fue citado por mi padre hace poco y que encierra una gran verdad: "No basta dar pasos que un día puedan conducir hasta la meta, sino que cada paso ha de ser una meta, sin dejar de ser un paso".

Rachas
Todos tenemos nuestras rachas, buenas y malas, en casi todos los aspectos de nuestra vida. No existe demasiado mérito en sacar provecho de las buenas situaciones mientras duren y luego lamentar los malos ratos. La verdadera virtud yace en mantener el temple firme, no aferrándonos a las rachas buenas ni lamentándonos en las malas.

Darse por vencido
Como alguna vez escribió Almafuerte: “Nunca te des por vencido, ni aún vencido”. En Scrabble, los puntajes suelen darse vuelta muy frecuentemente, aún cuando las diferencias parecen insalvables. Las partidas más emocionantes son aquellas en donde estamos varios puntos por detrás del oponente y ganamos sobre el final de la partida, cuando todo indicaba que íbamos a perder irremediablemente. Por ello, no hay que darse por vencido ante una diferencia importante de puntos. Y si perder llegara a resultar inevitable, aún así empeñémonos en realizar nuestras mejores jugadas para hacer el mejor puntaje que podamos, mientras seguimos disfrutando de la partida.

Algo que quizás ayude a pensar en forma positiva y constructiva cuando nos está yendo mal en la partida, es preguntarnos lo siguiente: “Dada la configuración actual del tablero, las fichas que tengo y las que se han jugado y las posibilidades que restan, ¿Cuál es la mejor decisión que puedo tomar para la siguiente jugada, que además tenga un impacto positivo en el resto de la partida?”. Es decir, despojarnos de lo negativo, de las equivocaciones y malas jugadas previas y mirar el tablero y el atril como si recién nos sentáramos a jugar la partida de otro y dada las circunstancias tuviéramos que tomar la mejor decisión. Algo así como decir “hoy es el primer día del resto de nuestras vidas” aplicado a “este es el primer turno del resto de la partida”. A prepararse para un nuevo buen comienzo.

Sentirse intimidado
Cuando nos toca jugar con alguien que sabemos tiene mucha más experiencia y un nivel de juego realmente avanzado, podríamos sentirnos intimidados y pensar, ya desde el comienzo de la partida, que estamos irremediablemente destinados a perder. Si bien tendremos que reconocer y tener en cuenta la superioridad del contrincante a la hora de encarar la estrategia para la partida, simplemente nos conviene concentrarnos y jugar entregando todo nuestro potencial, esforzándonos en buscar la victoria, sin miedo a ganar ni a perder. Además, los oponentes con más experiencia son los mejores maestros y seguramente mejoraremos más rápido, jugaremos más concentrados y aprenderemos más que cuando competimos contra alguien que se encuentra en inferioridad de condiciones con respecto a nosotros.

Subestimar al oponente
Subestimar al oponente, además de ser una actitud arrogante, lleva muchas veces a jugar mal y a perder partidas inesperadamente. En conclusión, juguemos contra quien juguemos, siempre hay que dar lo mejor que podamos dar en cada jugada de la partida.

El contrincante no es el enemigo
Muchos jugadores, especialmente en un día malo, podrían sentir cierta bronca después de situaciones como cambiar dos veces seguidas con malos resultados, mientras el oponente con toda tranquilidad coloca scrabble tras scrabble sobre el tablero. Una partida no es una guerra, ni el contrincante un enemigo que busque regocijarse con nuestra completa derrota, sino todo lo contrario: debería ser un momento agradable de camaradería. Así que cuando el mal humor amenace con apoderarse de nosotros, mejor respirar hondo y recordar esto. La comunidad de jugadores de Scrabble está integrada por gente maravillosa y muy respetuosa y eso es lo que la hace tan especial. Por eso, después de cada partida, independientemente del resultado, corresponde el saludo cordial y sincero y la buena educación.

Exitismo
Éste es un término acuñado en Argentina así que no estaba seguro de que estuviera en el diccionario, pero sí existe. Se refiere al afán desmedido por el éxito y se potencia en nuestra sociedad por la cultura de “ganadores y perdedores” en todos los aspectos de la vida, que los medios y la sociedad, de a poco, nos van metiendo en el subconsciente. No es extraño que la palabra haya nacido por estas tierras, donde los técnicos de fútbol tienen que irse al primer mal campeonato y dónde la selección nacional es alabada con bombos y platillos en las buenas rachas de victorias, mientras el silencio y la decepción reinan en las derrotas. En Scrabble ganaremos muchas veces y perderemos otras tantas, pero creernos un fracaso ante una mala racha ciertamente no nos ayudará a revertirla. Simplemente debemos ofrecer lo mejor que tengamos y seguir trabajando por mejorar, independientemente de los resultados. ¿Qué mejor satisfacción que saber que hicimos nuestro mejor esfuerzo?

Jugar bajo demasiada presión
En las partidas presenciales y más aún en los torneos, muchos jugadores se sienten excesivamente presionados, sobre todo si están en inferioridad de condiciones o el tiempo apremia y no saben qué jugar. Las personas pueden reaccionar de dos maneras diferentes a la presión: o se quedan en blanco sin poder pensar claramente, o evalúan las opciones con más rapidez y eficacia. Ya sea en un caso o en otro, sobre todo en el primero, nada hay más beneficioso que jugar relajado, tranquilo y con toda la concentración puesta en el juego.


Supongo que la mayoría hemos pasado por algunas de estas actitudes en algún momento, pero lo importante es aprender de ellas y poner verdadero empeño en mejorar nuestro aspecto emocional con el mismo esfuerzo que aplicamos en estudiar el lenguaje y mejorar nuestras estrategias de juego. Seguramente los beneficios serán muchos y además disfrutaremos más de nuestras partidas en un ambiente de sana competencia y camaradería.

A modo de conclusión, reitero una vez más la siguiente afirmación, que quizás debería ser nuestro mantra en los torneos ultra-competitivos: “Amo jugar Scrabble, y voy a divertirme y pasarlo bien con amigos, independientemente del resultado”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

I just added this webpage to my google reader, great stuff. Cannot get enough!